Pasar al contenido principal

El Contexto

Según datos recientes de la OMS (Organización Mundial de la Salud), los trastornos mentales representan la causa principal de los años vividos con discapacidades a nivel mundial. En 2019, solo dolencias como la ansiedad (31%) y la depresión (28.9%) alcanzaron a 970 millones de personas, de las cuales el 82% en los países de ingresos medianos, registrando un aumento después de las pandemias Covid-19 de un 26% y 28% respectivamente. Los trastornos mentales influyen significativamente en la productividad nacional (reducción del 4% en el PIB) e incluyen muchas condiciones capaces de influir en las personas a menudo de por vida, obstaculizando su capacidad para aprender, vivir de manera productiva y envejecimiento activo.
 
Las herramientas diagnósticas actuales, basadas en su mayoría en pruebas de lápiz y papel, no captan del todo la complejidad de las conductas analizadas, ya que se basan en herramientas que evalúan construcciones cognitivos individuales que muchas veces están alejadas de la realidad cotidiana en la que se manifiestan, lo que hace su tratamiento complicado. Además, aunque la igualdad de acceso a la atención de salud mental está reconocida como un derecho civil, muchos aún luchan por obtenerlo, por un lado por el estigma social asociado al uso de este tipo de servicios y, por el otro, por la imposibilidad del sistema sanitario para llegar de forma óptima a todos aquellos usuarios con movilidad reducida y/o residentes en zonas o comunidades remotas de difícil acceso. Por tanto, desde la perspectiva de la salud pública, se ha vuelto imprescindible encontrar soluciones capaces de mejorar el sistema de diagnóstico en el campo psicológico y neuropsicológico en términos de evaluación, rapidez y oportunidad.
 
Con la consolidación de la Realidad Virtual desde el punto de vista tecnológico y científico, ha quedado cada vez más claro cómo la realidad virtual, con su capacidad de proporcionar estímulos visuales, auditivos y hápticos de forma realista en un entorno controlado, puede explotarse en el ámbito psicológico y neuropsicológico para evaluar capacidades cognitivas generales y específicas mediante la creación de entornos y herramientas de observación, análisis y evaluación estandarizados, seguros y más ecológicamente válidos. Así como para la aplicación de intervenciones no farmacológicas dirigidas a la rehabilitación y entrenamiento de habilidades dañadas y a aumentar la motivación de los sujetos para las actividades de prueba.
 
Por ello, el proyecto IREPA se configurará como un sistema capaz de:
 
  • Utilizar una batería de pruebas específicamente seleccionadas, adaptadas y probadas por un equipo de psicólogos profesionales para su uso eficaz en Realidad Virtual Inmersiva (iVR);
     
  • Hacer accesible la asistencia psicológica a personas que normalmente no acceden a ella debido a la dificultad para llegar físicamente a dichos servicios debido a la distancia o movilidad reducida, o por el estigma asociado a su uso;
     
  • Permitir la evaluación remota periódica en programas de rehabilitación o en la evaluación del grado de autonomía en personas mayores mediante el uso de escenarios realistas y naturales;
     
  • Ser más accesible para el usuario final gracias al uso de visores de última generación que no requieren PC y brindan excelentes niveles de presencia y bajos efectos relacionados con el mareo (cinetosis);
     
  • Permitir una medición más precisa en la administración de pruebas gracias a la tecnología utilizada, capaz de medir con precisión aspectos como las interacciones y los tiempos de reacción y visualizar toda la experiencia desde el punto de vista del paciente;
     
  • Permitir una colección y un almacenamiento más sencillo de los datos obtenidos de los mismos.